Cuando se produce una crisis de ámbito internacional, se requiere ayuda inmediata y con la ayuda hay intercambio de información entre gente que a menudo no habla la misma lengua, es vital que la información sea rápida y fiable. Y aquí entra en juego la traducción. La crisis de la Covid-19 ha puesto de manifiesto que es esencial que todo el mundo tenga acceso a la información en una lengua que pueda entender. La pandemia es un reto global que reclama una aproximación global y, por consiguiente, multilingüe. La traducción es necesaria para acercar la investigación médica que se está llevando a cabo en diferentes lugares del mundo para combatir la enfermedad. Pero también interviene en el replanteamiento que han tenido que hacer muchas empresas como resultado de la Covid-19, reinventando modelos, cambiando procesos, probando nuevos canales de comunicación con los clientes, etc., en las grandes corporaciones internacionales la traducción es, sin duda , un elemento clave. También está presente en los infinitos productos audiovisuales que tanto hemos consumido durante los confinamientos: doblaje y subtítulos de películas y vídeos, tours virtuales multilingües de museos, etc. La pandemia ha generado una terminología extensísima, que también los lingüistas y traductores han tenido que consensuar: coronavirus, SARS-CoV2, Covid-19, cuarentena, aislamiento, gel hidroalcohólico, mascarilla, distancia social (este término no presenta dificultades de traducción pero no en todos los países se refiere a los mismos metros), paciente, estado de alarma, confinamiento (estos dos últimos términos existían sólo en un contexto militar), curva de contagio, EPI, etc.