Comunicación intercultural: por donde empezar

Comunicación intercultural: por donde empezar

La comunicación entre culturas a menudo es un reto. Cada cultura tiene un conjunto de normas que sus miembros dan supuestas. Y pocos de nosotros somos conscientes de nuestros prejuicios culturales puesto que los adquirimos de pequeños y, aunque buena parte de nuestro conocimiento, normas, creencias y fobias culturales se enseñan explícitamente, la mayoría de la información se absorbe de manera inconsciente.

El reto de la comunicación intercultural es cada día mayor y las organizaciones de todo el mundo han descubierto que es una cuestión a tener en cuenta, la globalización no es sólo en una dirección –la de la exportación– sino que cada vez más las empresas tienen socios y personal interno de diferentes procedencias. La competencia profesional incluye, también, habilidades comunicativas y de comportamiento.

 

La clave es el conocimiento, la comprensión, la apertura de miras y, sobre todo, una buena preparación, sólo las empresas que pongan especial cuidado en hacer bien este acercamiento conseguirán el éxito.

¿Por dónde podemos empezar?

  1. Aprender activamente sobre otras culturas: la mejor técnica para aprender siempre es tener interés, no hay que saberlo todo de otra cultura, pero conocer algo sobre los valores, las tradiciones y la historia nos puede resultar útil a nivel práctico y es, además, una muestra de respeto a nuestro anfitrión.
  2. Observar y entender el comportamiento de nuestro interlocutor: Podemos aprender de muchas maneras pero todo lo que observamos directamente queda fijado. En nuestra cultura, interrumpir alguien cuando habla no está mal visto, pero sí lo está en países escandinavos o en Canadá. El volumen de la voz también varía, mientras aquí y en EEUU puede ser bastante alto, en Japón, no.
  3. Adaptar el material de marketing: lo que es aceptable en una cultura, puede no serlo en otra. Antes de iniciar relaciones con otro país tenemos que hacer los deberes y comprobar que no hay errores lingüísticos ni nada que pueda conllevar malentendidos. El simbolismo de los colores, sin ir más lejos, puede ser muy sensible y, en algunas culturas, los temas de género también. Quizá tendremos que hacer algunos retoques. Nike y Apple, por ejemplo, suelen hacer campañas publicitarias pensadas para ser universales.
  4. La lengua: el inglés es indiscutiblemente la lengua franca en los negocios y nos abre muchas puertas, pero ni lo habla todo el mundo ni todo el mundo lo habla lo suficientemente bien. Nos tenemos que plantear recurrir a traductores profesionales para los textos más comprometidos y a intérpretes para las reuniones y negociaciones más delicadas. Y no olvidemos que aprender algunas palabras de la lengua de nuestro destino, siempre será algo muy bien acogido.
  5. Gestos: los gestos también pueden tener significados diferentes y dar lugar a malentendidos. El pulgar arriba para indicar OK en la cultura estadounidense puede significar cero en otras culturas, la proximidad con nuestro interlocutor a la hora de hablar también varía según la cultura. La comunicación no verbal y estas cuestiones que de entrada pueden parecer menores pueden generar incomodidad y malentendidos en nuestro interlocutor.

Si queremos potenciar las oportunidades y el potencial de nuestra empresa, debemos tener en cuenta la comunicación intercultural para aproximarnos a nuestros clientes, socios, colegas o empleados con el máximo respeto. Esto no quiere decir que nos tengamos que convertir en expertos, basta que puedan apreciar que nos hemos preocupado de este tema y somos conscientes de ello.

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